Divulgación de información sobre el producto en virtud del SFDR Fondo de capital inversión Ambienta IV

Objetivo de inversión sostenible del producto financiero

El Fondo Ambienta IV invierte en empresas para las que la sostenibilidad ambiental es un impulsor de éxito y competitividad, y cuyas actividades actuales o potenciales se centran en productos, servicios u operaciones que contribuyen a una mayor eficiencia en el uso de recursos naturales (uso eficiente de los recursos) o un mejor control de la contaminación ambiental (control de la contaminación), independientemente del sector de referencia, siempre que no perjudiquen significativamente a ningún otro objetivo establecido en el Reglamento SFDR, que respeten las medidas de protección mínimas y que sigan las prácticas de buena gobernanza.

Estrategia de inversión

El Fondo invierte en empresas con un impacto ambiental positivo evaluado a través de su contribución al menos a una de las 11 métricas de Ambienta relacionadas con el uso eficiente de los recursos o el control de la contaminación, según se mide a través de nuestra metodología propia de análisis de impacto ambiental (“EIA”). Dado que el impacto determinado por dichas métricas está directamente relacionado con el volumen de negocio de la empresa, a medida que la actividad de negocio crezca, el impacto aumentará gradualmente. La metodología adoptada para implementar la estrategia de inversión se explica en detalle a continuación.

Para evaluar las prácticas de buena gobernanza de la entidad participada, se emplea el programa ESG en acción i)‎ durante la diligencia debida al analizar las estructuras de gestión, las relaciones con los empleados, las políticas de remuneración y el cumplimiento fiscal; y ii) después de la inversión, a través de la integración de criterios ESG y la definición de planes de acción para la mejora continua.

Proporción de inversiones

Las inversiones en el Fondo Ambienta IV se ajustarán al objetivo de inversión sostenible mencionado anteriormente, con el fin de lograr una proporción de inversiones sostenibles equivalente al 100 % de los activos netos.

Supervisión del objetivo de inversión sostenible

Ambienta evalúa y supervisa anualmente el impacto ambiental de las inversiones tanto en las fases de selección como de gestión, a través de la actividad del equipo dedicado de Sostenibilidad y Estrategia (S&S).

El equipo de S&S analiza cómo las tendencias ambientales influyen en los sectores e identifica temas populares de sostenibilidad que conducen a la propuesta de ideas de inversión. Las posibles oportunidades de inversión se analizan junto con los equipos de inversión para comprender cómo estas empresas contribuyen a mejorar el uso eficiente de los recursos o el control de la contaminación en su sector respectivo, lo que se evalúa antes de la inversión utilizando la metodología de EIA de Ambienta. Posteriormente, el EIA se vuelve a llevar a cabo al menos una vez al año.

Metodologías

Para medir el logro de objetivos sostenibles, el Fondo utilizará el EIA y sus 11 ‎indicadores. El propósito de la metodología de EIA es cuantificar la contribución de las empresas objetivo a los dos objetivos de uso eficiente de los recursos o control de la contaminación. Cada empresa en cartera tendrá un impacto ambiental positivo en al menos una de estas métricas, habiendo evaluado el impacto con respecto al estándar de referencia del mercado para el producto o servicio específico de la empresa. Hay 5 métricas para evaluar la contribución en términos de uso eficiente de los recursos (energía ahorrada, agua ahorrada, alimentos ahorrados, materiales ahorrados, espacio [en vertedero] ahorrado) y 6 para evaluar la contribución en términos de control de la contaminación (emisiones de CO2 reducidas, aire purificado, agua depurada, contaminantes evitados, materiales reciclados, biodiversidad preservada).

Fuentes y tratamiento de datos

El análisis del impacto ambiental es la base para la selección de inversiones. Los datos necesarios para calcular el impacto se recopilan directamente de las empresas objetivo durante la diligencia debida y periódicamente a lo largo del periodo de financiación, a partir de fuentes externas acreditadas o, cuando sea necesario (si bien ocurre solo en algunas ocasiones), a partir de las estimaciones del equipo de Sostenibilidad y Estrategia. El impacto ambiental calculado es el resultado de la evaluación de la contribución de la actividad comercial de la empresa con respecto a los estándares actuales del mercado. Dentro de la limitación de los datos disponibles, el equipo de Sostenibilidad y Estrategia siempre se esfuerza por evaluar el impacto ambiental neto, después de considerar los bucles de retroalimentación y los efectos negativos de los avances tecnológicos. El proceso se formaliza en una política interna para garantizar la transparencia, homogeneidad y precisión en la aplicación de la metodología.

Limitaciones de las metodologías y los datos

Nuestro enfoque se basa en un análisis interno propio basado en la investigación, el análisis de la empresa, incluida la diligencia debida, y las conversaciones con expertos. Es un proceso estandarizado formalizado en una política interna, y es lo más transparente y detallado posible. Algunas limitaciones se deben a las características del análisis, ya que se basa en información de terceros y en las divulgaciones de la empresa objetivo que, en algunos casos, pueden ser limitadas y pueden afectar a la profundidad del análisis. No obstante, dichas limitaciones no afectan a la consecución del objetivo de inversión sostenible, ya que los datos se verifican durante la fase de diligencia debida y con respecto a múltiples fuentes o, cuando esto no es viable, se consideran insuficientes y el proceso de inversión se interrumpe.

Sin perjuicio significativo para el objetivo de inversión sostenible

Como se ha explicado anteriormente, el EIA permite evaluar si la contribución con respecto a múltiples cuestiones ambientales es predominantemente positiva o negativa y, por lo tanto, representa una primera prueba del principio de “no causar un perjuicio significativo” a los objetivos ambientales.

Además, la integración de la evaluación ESG es una parte integral del proceso de inversión y contribuye a la identificación y el control de los posibles efectos negativos asociados con las inversiones, incluidos los sociales y de gobernanza. Lo anterior tiene lugar a través del programa ESG en acción de Ambienta (un enfoque propio para la integración de factores no financieros en la gestión de las carteras), que está estructurado en dos fases principales: diligencia debida e interacción con las empresas.

En las diferentes fases del programa ESG en acción y a través de un proceso definido internamente, el análisis tiene en cuenta lo siguiente:

  • los principales indicadores de efectos perjudiciales (es decir, indicadores obligatorios y adicionales correspondientes);
  • los principios rectores de las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales, los Principios Rectores de la ONU sobre las Empresas y los Derechos Humanos, incluidos los principios y derechos establecidos en los ocho convenios fundamentales mencionados en la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, y la Carta Internacional de Derechos Humanos.

Diligencia debida

Antes de la inversión, durante la fase de diligencia debida, se analizan los principales efectos sobre los objetivos ambientales y sociales para garantizar la ausencia de efectos negativos, de acuerdo con el principio de “no causar un perjuicio significativo” (DNSH), y el cumplimiento de los principios de protección mínima y buena gobernanza. En función de los resultados, se puede adoptar un enfoque excluyente o un enfoque de interacción.

Interacción con las empresas

Durante el periodo de tenencia, a través de interacciones continuas con las empresas en cartera puestas en marcha con el apoyo de sus equipos de inversión, el equipo de Sostenibilidad y Estrategia tiene como objetivo mitigar los efectos perjudiciales de la empresa participada a través de medidas específicas, mejorando así los parámetros ambientales, sociales o de gobernanza correspondientes. El programa también garantiza que las empresas participadas operen de conformidad con las mejores prácticas de conducta e integridad empresarial, con especial referencia a la solidez de las estructuras de gestión, las relaciones con el personal, la remuneración del personal y el cumplimiento de las obligaciones fiscales.

Esto se logra siguiendo pasos formalizados y gestionados a nivel del Consejo de Administración que conducen a la definición de un plan de acción ESG, que a su vez incluye la consiguiente supervisión y presentación de informes. Los resultados de la evaluación del posible impacto de los riesgos para la sostenibilidad sobre las rentabilidades futuras también se tienen en cuenta tanto en la fase previa a la inversión como en las fases posteriores. Las áreas de riesgo más significativas están sujetas a una evaluación cualitativa y, si es necesario, económica, con el fin de definir las medidas de intervención que se integrarán en el plan de negocio de las empresas participadas.

Consecución del objetivo de inversión sostenible

Dada la estrategia del Fondo de invertir en empresas privadas, no se utilizan índices de referencia. El objetivo de inversión sostenible se consigue gracias al seguimiento del rendimiento medioambiental medido a través de la metodología EIA.